Wednesday, January 14, 2009

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Javier Treviño Cantú
El Norte
14 de enero de 2009

A juzgar por las imágenes y lo que trascendió en los medios sobre el primer encuentro entre el presidente Calderón y el presidente electo Obama, el siguiente capítulo de la relación bilateral México-Estados Unidos no será sencillo.

De inicio, hubo un claro contraste en el manejo de las expectativas. No se le pueden escatimar méritos a la Embajada mexicana en Washington, por su habilidad para concretar una cita que apenas unos días antes parecía prácticamente imposible. Pero su promoción como un logró casi histórico en nuestro país, hizo que se sobredimensionara. En cambio, la oficina del presidente electo Obama sólo la enmarcó como parte de una larga tradición, con lo cual le dio un carácter prácticamente rutinario al singular evento.

Además, como ya se ha advertido, el presidente mexicano parece haber acudido a la reunión sin un propósito central. Más allá del primer contacto con su contraparte estadounidense, y de poner a México en el radar de la entrante administración Obama, sigue sin quedar claro qué es lo que quiere México de la relación con el vecino.

Esta falta de enfoque quizás sea parcialmente responsable por la confusión informativa que generó la breve conferencia de prensa que ofrecieron Calderón y Obama en el Instituto Cultural Mexicano. Cada uno destacó aspectos distintos y, como no respondieron preguntas, los medios interpretaron lo que pudieron.

Aparte de las declaraciones “políticamente correctas” sobre la disposición para cooperar en los temas comunes, llamó la atención lo que no dijeron. En especial, fue notoria la decisión del presidente Calderón de no referirse al tema migratorio, reflejando quizás las pocas probabilidades que percibe de que Obama dedique parte de su capital político a buscar una reforma integral de su fallido sistema migratorio.

Lo que causó mayor confusión fue la falta de un pronunciamiento coincidente sobre uno de los más temas delicados: la “revisión” del TLC de América del Norte. Así, mientras un despacho de la agencia AP señalaba que Obama dijo que sí había discutido el tratado, otro de Reuters indicaba que no lo había mencionado.

Ante las versiones contradictorias, la oficina del presidente electo se apresuró a poner los puntos sobre las íes. En un comunicado, precisó que Obama había reiterado su “compromiso de mejorar el TLC para reforzar las medidas laborales y ambientales”, y que propuso establecer un “grupo consultivo” para revisar el tratado y otros temas relacionados con energía e infraestructura. Al día siguiente, reunido con George Bush, el presidente Calderón confirmó la disposición de su gobierno a “construir, sobre la base de lo ya logrado en el Tratado de Libre Comercio, para poder enfocarnos a mejorar los beneficios del intercambio comercial, a revisar, como siempre hemos estado dispuestos, aspectos que preocupan no sólo a los americanos, sino a los mexicanos, como son los aspectos laborales y ambientales”.

Por último, lo que muestra el difícil trasfondo en el que se conducirá la relación, fue la filtración de un supuesto reporte del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas estadounidenses. En éste, se mencionaría que Pakistán y México son dos naciones en riesgo de sufrir “un colapso rápido y repentino”. Es decir, de convertirse en Estados fallidos. Con ello, se advierte a México que se prevé un escenario catastrófico en nuestro país, lo cual necesariamente conduciría a una intervención militar para contener un riesgo mayúsculo a su seguridad nacional.

En este complejo contexto, lo único que queda claro es que la visita del presidente Calderón a Washington apenas marca el inicio de una etapa turbulenta en la relación. Ahora, lo más importante es lo que sigue. Y la agenda para el gobierno mexicano es clara:

1. Deberá mantener abierto un canal directo de comunicación con los super-asesores de Obama en la Casa Blanca.

2. Ante una improbable reforma migratoria, tendrá que esforzase para proteger mejor los derechos de los compatriotas que ya están allá, y en especial para descriminalizar el fenómeno migratorio.

3. Necesitará estar muy bien preparado para “revisar” el TLC con los socios estadounidenses, y concertar posiciones con un gobierno canadiense distraído pero poco receptivo a nuestras necesidades.

4. Dados los planes de contingencia militar y los limitados recursos de la Iniciativa Mérida, deberá asegurar que la administración Obama cumpla el compromiso de combatir el trasiego de armas hacia nuestro país, insistir en que adopten enfoques innovadores para reducir el consumo de drogas, y trabajar con el Congreso estadounidense para ampliar los términos de la cooperación sobre seguridad.

5. Después de la oferta para establecer una alianza estratégica, México deberá demostrar si este planteamiento fue únicamente un recurso retórico, o si buscará institucionalizar la ASPAN para transparentar y darle continuidad a un espacio de diálogo que ha resultado demasiado controvertido.

6. Retomando lo que sostuvo Enrique Krauze en la reciente reunión de embajadores y cónsules, el gobierno mexicano deberá articular una amplia estrategia de comunicación y cabildeo, que permita mejorar nuestra maltrecha imagen para incidir en la opinión pública del vecino país y, por esta vía, en las decisiones que se tomen en Washington. De otra manera, únicamente seguiremos siendo un vecino problemático, y nunca un auténtico “aliado estratégico”.

11 comments:

Hector Rodriguez said...

Muy buen artículo, del cual me surgen dos preguntas; ¿En que momento y hasta que punto el gobierno de EEUU debe intervenir en la lucha contra los cárteles de la droga en México?. Además, si México llega al escenario de estado fallido, ¿se justificaría dicha intervención?
La penetración de las fuerzas policiacas en nuestro país es alarmante. Parecería que no hay una solución para los próximos años, pues estamos hablando de una generación policiaca altamente penetrada por el crimen organizado.
Hector Rodriguez

Anonymous said...

Para estos profesorcillos del Tec de Monterrey, si la reunión Calderón-Obama no daba como fruto el regreso del territorio texano a México, es un fracaso.
Obviamente tampoco es un súper éxito, es sólo una buena señal, aprendan a dimensionar correctamente las cosas. Siendo tendenciosos como lo son, no creo que vayan a salir tan buenos administradores públicos del Tec, como tanto lo anuncian.
En fin, allá el Tec y sus alumnos, la vergüenza es de ellos.
Saludos desde la UDEM.

Hector Rodriguez said...

Yo soy exalumno de la UDEM, y no estoy de acuerdo con el comentario. Actualmente resido en Washington, D.C. y tengo la oportunidad de darle seguimiento a la transición del Presidente electo Obama. Me llamó la atención el énfasis que tanto la oficina de prensa como los medios nacionales estadounidenses dieron a la visita de Calderón como algo intracendente. Tuvo más impacto comunicacional y político el hecho que el expresidente de Australia recibiría una medalla y, por lo tanto, dejaría a Barack Obama y su familia fuera de la casa Blair, o el hecho de que Obama y el alcalde de D.C. fueron juntos a comer hamburguesas a un restaurante local. Es importante destacar la primera plana del Washington Times de hace un par de domingos donde mencionaba como prioridad para la administración entrante la inseguridad que se vive en México. El gobierno de México debe enfocar sus esfuerzos diplomáticos en buscar mecanismos eficientes de cooperación para la lucha contra el narcotráfico (lo urgente), así como avanzar firmemente en incrementar la inversión de EEUU hacia nuestro país y buscar nuevamente hacer que el tema migratorio tenga presencia en su agenda exterior (lo importante).

Javier Trevino said...

Estimado Héctor: Muchas gracias por tus dos comentarios. Comparto tu punto de vista.
En relación con tus preguntas, creo que la función principal de la cooperación antinarcóticos de Estados Unidos con México tiene que basarse en el intercambio de información, de inteligencia, y en el apoyo técnico, logístico de equipo especializado. No hay justificación para una intervención de los Estados Unidos en México, lo cual sería violatoria de nuestra soberanía y del derecho internacional.
Es un tema complejo que debemos seguir platicando y analizando.
Un abrazo
Javier

Anonymous said...

Nada va a avanzar en la relación bilateral mientras no se nombre a un Super Coordinador de los Asuntos Mexicanos en la Casa Blanca.

Javier Trevino said...

La sugerencia que usted hace es muy buena.

Lx said...

Es evidente que ya desde hace varios años son dos los temas que preocupan de manera especial a los consecutivos gobiernos mexicanos en sus relaciones con EEUU: el tema migratorio y el narcotráfico. En mi humilde opinión, en el tema migratorio debe trabajarse "desde adentro", es decir que debiera plantearse la opción de destinar recursos para trabajar conjuntamente con los mexicanos residentes en EEUU y mostrar (con encuestas, estudios, cifras y estadísticas) todo lo que los migrantes aportan a EEUU, tanto en lo tangible como en lo intangible, de manera de exculpar la visión negativa sobre la migración.
El tema narcotráfico es más delicado y complejo, pero de manera inexorable el primer paso es lograr la honradez, integridad, rectitud y destreza de las fuerzas policiales. No se me cruza por la cabeza afirmar que es tarea fácil. No lo será. Sin embargo puedo afirmar que sin ésto, será aún menos fácil no dar los argumentos que EEUU necesita para una intervención.
Concluyo con una reflexión sobre el comentarista anónimo. Entiendo perfectamente lo que quiso decir: a veces una visión parcial sobre un tema no permite ser ecuánime en las apreciaciones. Lo que creo que él no entiende es que la intención de desacreditar a las personas mediante calificativos innecesarios ("profesorcillos del Tec ...") tiene un efecto rebote y resulta justamente en el descrédito, pero de él mismo. Para tirar barro, hay que embarrarse las manos...

Javier Trevino said...

Lorena: Muchas gracias por tu comentario. Tu análisis es muy claro sobre los dos temas principales: migración y narcotráfico. Tienes razón. Espero que sigas visitando este blog y aportando tus puntos de vista. Te envío un cordial saludo.

Anonymous said...

¿Cada cuándo escribes?

Javier Trevino said...

El periódico publica mis artículos los miércoles, cada catorce días. Pero también incluyo en el blog mis comentarios semanales en televisión (los jueves) y en radio (los miércoles).

Jorge Mafud said...

Estimado Javier,

Primero que nada, un saludo... fui alumno tuyo en la mestria en derecho fiscal en la UNI... acabo de descubrir tu blog y ten por seguro que lo vistaré seguido... me parece muy interesantes tus articulos y los comentarios que les han seguido...

Seguiremos en contacto.

Jorge Mafud